En el control de la velocidad, los reductores de velocidad de asfalto y concreto han sido la norma porque cumplen su función, pero a menudo tienen una gran desventaja: son difíciles de percibir en las noches o cuando hay mal clima. La seguridad vial y la innovación de estos dispositivos ha hecho que los reductores de velocidad con luz tengan grandes ventajas, al evitar que haya daños a vehículos y riesgos de accidentes.
Más que un dispositivo con luz, son una mejora importante que transforma la velocidad en zonas urbanas y de alto riesgo, sin tener que arriesgar la seguridad de los conductores, incluso en condiciones adversas.


Reductores de velocidad con luz: cómo funciona esta tecnología
A diferencia de los topes tradicionales, los reductores de velocidad con luz se fabrican con polietileno, un material resistente y flexible. Vienen en un diseño modular que facilita su instalación y permite que se adapten a cualquier ancho de calle sin tener que invertir demasiado. Aunque su principal característica es su sistema integrado de vialetas LED, que emite destellos intermitentes para captar la atención de los conductores a la distancia.
¿Dónde usar topes reductores de velocidad?
- Zonas escolares: Sirve para alertar a los conductores sobre la presencia de estudiantes en horarios de entrada y salida.
- Hospitales: En los accesos y estacionamientos de hospitales, donde se requiere de silencio, un flujo ordenado y una mayor seguridad las 24 horas del día.
- Fraccionamientos y calles residenciales: Permiten controlar el flujo del tráfico y proteger a peatones, ciclistas y niños que juegan en la calle, incluso cuando la iluminación pública es deficiente.
- Estacionamientos y centros comerciales: Permite señalizar zonas de paso y controlar la velocidad del tráfico interno, para evitar colisiones.
Beneficios clave de los reductores de velocidad
Visibilidad Insuperable y Mayor Seguridad
Las luces LED llaman la atención sin deslumbrar a los conductores, dando un tiempo suficiente para reaccionar y reducir la velocidad, evitando frenadas bruscas. En zonas de alta precaución, como calles residenciales, entradas y salidas de escuelas y hospitales, o en cruces peatonales, esto es crucial.


Durabilidad y bajo mantenimiento
Estos reductores pueden soportar un peso de hasta 35,000 kg sin deformarse, son resistentes a los rayos UV, la lluvia y los impactos, por lo que su vida útil es de muchos años con un mantenimiento mínimo. En caso de daño de una pieza, es posible reemplazarla sin tener que quitar el resto de elementos.
Eficiencia y sostenibilidad
Su diseño modular guía al conductor para que reduzca la velocidad de forma gradual, esto evita que los vehículos arranquen desde cero, lo que se traduce en un menor gasto de gasolina y una significativa reducción en la emisión de dióxido de carbono.
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